lunes, 4 de mayo de 2015

RECITAL DE POESIA JUEVES 7 DE MAYO


MASCARAS NEGRAS CAEN EN MADRID (30 de Marzo 2015)


Hoy llego a mi ciudad

y solo encuentro policía

en todos los lugares.

 

  Que ocurre, que pasa...

declama el coro de la tragedia.

 

 

Genoves


Hoy martes día de silencio

tras un terrorífico lunes negro

no para de volar un helicóptero

que recuerda atormentadamente

el miedo de los sometidos.


Quienes serán esos jinetes

que llegan con arenas en sus espuelas

y pañuelos en sus cabezas...


Ayer me dijeron en Valencia

que los cobardes ladrones de almas

acorralaron vuestros 38 vidas,

os encerraron y os quitaron la libertad.


La calle se ha vuelto un lugar aterido.

El sol, mal acompañante del frio

solo vuelve más inverosímil el escenario.


Queridos y no tan queridos amigos

llega con fuerza el marzo que ya se fue

y que desde el poder resucitan

con vientos de venganza.


Parece que vosotras seréis la noticia

que haga callar la barbarie,

y seréis vosotras pese a que ayer

fueran asesinadas 3 mujeres por sus maridos

en este país “no machista”.


Porque sois victimas del peor enemigo

un estado y unos medios enfurecidos

buscando una mascara entre tanta carnaza.


Yo, hoy impotente,

esperando que esta marea de meses calme

me duermo leyendo la biografía de Lucía1,

y las palabras brotan por si solas

de uno de mis versos preferidos:


Podré perder, como tú, la cabeza

pero nunca las alas”



1Lucía Sánchez Saornil. Madrileña del barrio de Peñuelas, periodista de Solidaridad Obrera en la época de la II República, fundadora de Mujeres Libres, miembro de la CNT, poeta ultraista y miles de cosas mas.

lunes, 9 de marzo de 2015

PRESENTACIÓN DEL LIBRO SÁBADO 14 MARZO 20H


LAS LAGRIMAS DE LA SABIDURÍA



Ojos de estaño forjados con el agua y la tierra,
una eterna alegría con la que pasar las penas,
y unas manos dispuestas a dar todo su cariño.
¡Sí! Esas fueron las mujeres de los pueblos,
a las que aún, si las miras fijamente
no puedes sino llorar tapándote las lágrimas
porque sabes que ellas no las merecen.

¡Qué ojos no ven!
Que son el corazón que necesitamos.
Ese corazón que quiere sin límite
que se muestra como el pasar del río
y que nunca dejó de pensar que lo importante
es cuidar a los demás como a una misma.

Esas personas que siempre tenían una silla
para quienes fueron condenados a la muerte en vida.

O esas valientes mujeres de negro
que pese a ser obligadas a hundirse en el barro,
a ser humilladas y castigadas eternamente a no llorar,
supieron mantenerse firmes.

Pasado el tiempo, sabedoras de su respeto
no dudaron en recolectar las flores de nácar
para templar el cariño de sus seres queridos.

Qué me digan, que si vosotras
no fuisteis heroínas, quién lo pudiera ser.

Qué griten que vuestras palabras
no tienen ya sentido.
Yo no puedo dejar de añorar su humildad
y su anegada pero aún cálida sabiduría.

Hijas de una revolución perdida
hambrientas de deseos y de sueños,
que fueron sumergidos en la devoción.
A vosotras se os debe nuestra admiración.

Y a ti especialmente te debo tanto
que estaré siempre orgulloso de dejar
confundir mis huellas con las tuyas.

No olvidaré jamás que contigo
aprendí a contemplar lo sencillo,
a ser paciente, a querer
y a cocinar al calor del tiempo.

Y sin duda podré decir
que si de algo debo sentirme henchido
es de haber podido leer en tu compañía.

En el atardecer van desapareciendo
los ecos de vuestras antiguas palabras.

Pero antes del silencio,
debéis saber que al menos en unos pocos
sois y seréis ese corazón que late fuerte
como el hierro incandescente en la fragua.












miércoles, 19 de noviembre de 2014


  Y SI ENCONTRARAMOS TIERRA, MÁS ALLÁ DEL NAUFRAGIO...

 

Era marrón la ciudad, porque marrón era la tierra en polvo que la recorría de un lado hacia todos los demás, según se le antojaba al viento. Y de tanto vivirla, sus habitantes también se habían tornado de textura arenosa en alguna gama de ocre.


Y así caminaban, trabajaban y se soñaban hasta que, algún día de cada año, en el mes de abril, una lluvia suave y copiosa hacía que la tierra se resbalase de los árboles, las casas y las personas hasta el suelo. Entonces, aparecían todos los otros colores.


Así actúa este libro, como una lluvia que a veces acaricia y que otras remueve todo por donde pasa. Pero siempre lluvia que destapa aquello sobre lo que cae. Y llueve en este libro, llueve fuerte sobre los migrantes que habitan las fronteras (las visibles y las invisibles), sobre el futuro agarrado a la utopía, sobre los sueños en ciudades con soportales. Llueve sobre las mujeres para visibilizarlas y sobre las revoluciones posibles, siempre. Sobre la esperanza para mantenerla fresca. Diluvia sobre la propiedad privada para ahogarla junto a las injusticias. Y, mientras cae la lluvia, se escuchan gritos valientes y descarnados que buscan en lo colectivo una manera de vencer al miedo, y palabras cortadas al ritmo de la música.

Los piratas, que eligieron el agua como lugar desde el que resistir, viven acostumbrados al tiempo cambiante y no naufragan. Nunca.

¡Hagámonos piratas! dicen los poemas de este libro que buscan transformar mentes que desean permanecer despiertas. Poesía como resistencia individual y colectiva, poesía como ataque, como medio para vivir intensamente una vida que merezca ser vivida.

Poesía que dice con letras minúsculas que es necesario amar a otras personas. Amar a las ideas.

Poesía que habla de las tonalidades que están escondidas debajo de la tierra.

 

    Prólogo del libro

"Más allá del naufragio"

  María González Reyes

             La ciudad de la tierra

lunes, 3 de noviembre de 2014


PIRATAS DE CIUDAD

PABLO LAFUENTE MARTIN

 

 

Por la ciudad sin mar

donde la gente no se atreverá

ya, a nada, ni a parar,

ni siquiera a preguntar.






Todo sucederá demasiado rápido

para ocultar que todo será siempre igual.


Los cercanos te serán desconocidos

y no sabrás de ellos, nunca nada,

ni aunque de ti necesitaran.


Por la mañana te servirán un café.

Uno entre los millones de los que se servirán

lo tomarás en segundos

esos en que desearás quemarlo todo.



Harto de los enormes bloques de hormigón

que invaden nuestro espacio.

Harto de tener que ir corriendo

a todos los lugares.



Pero un buen día,

encontrarás a otros piratas

como tú.



Artistas de lo imposible

con los que buscarás tesoros,

con los que te aliarás

para romper las reglas.

Con los que la imaginación

surge más allá del tiempo.

Y con los que la vida

se vuelve más intensa



No olvides que los piratas

son esas personas

que abordan la lucha

y a la vez dedican su esfuerzo

a crear ilusiones

y a alojar lo desocupado.



Por eso cuando andas solo;

un poco triste,

hay que ir en su busca,

para soñar escapadas

a barcos con banderas negras

que surcan océanos y mares

desde donde luchar por la libertad

y contra la represión.



Represión por la fuerza,

a veces.

Pero sobre todo dominada

por el miedo y el silencio.



No habría nunca que olvidar

que los piratas tienen una doble vida.

La del barco, la del corazón,

donde compartir y crear.

Y la del abordaje, la del ataque

frente a los navíos

que defienden la injusticia

y la mediocridad.